8 casas de arquitectura española de los años 60
Un recorrido imaginario por la arquitectura de la década de 1960 hasta 1970.
En los tumultuosos años 60, España experimentó una transformación cultural y social que se reflejó no solo en la política y la moda, sino también en la arquitectura. Este período fue testigo del surgimiento de una corriente vanguardista que dejó una marca indeleble en el panorama arquitectónico español. Desde Madrid hasta Barcelona, pasando por ciudades como Valencia y Bilbao, arquitectos visionarios desafiaron las convenciones y dieron forma a un paisaje urbano audaz y moderno.
Uno de los movimientos más destacados de esta época fue el denominado “Movimiento Moderno”, que abogaba por un enfoque funcionalista y minimalista en el diseño arquitectónico. Arquitectos como Fernando Higueras y Francisco Javier Sáenz de Oíza se convirtieron en referentes de esta corriente, creando obras maestras que combinaban formas geométricas puras con materiales innovadores como el hormigón armado y el acero.
Casa Tapies (1960)
Proyectada por José Antonio Coderch en el barrio de San Gervasio, Barcelona. Es un ejemplo destacado del movimiento arquitectónico conocido como el “Racionalismo Orgánico”. Esta corriente buscaba combinar los principios racionalistas del movimiento moderno con una sensibilidad hacia la naturaleza y el contexto histórico y cultural.Excepcionalmente colocada en la ciudad, en un contexto ambiental absolutamente distinto de donde Coderch suele proyectar sus casas unifamiliares. La estructura es metálica y se ha dejado vista y pintada de color blanco; los muros interiores son de ladrillo visto.
Casa del Patio (1962)
Este edificio emblemático de los años 60 significó una apuesta muy rompedora de los jóvenes arquitectos Josep Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay. La idea fundamental de proyecto es agrupar una serie de viviendas de pequeña superficie alrededor de un amplio patio central. La forma de este patio es Ia que simplemente resulta de colocar los mismos tipos de viviendas en sucesión ordenada, siguiendo aproximadamente los límites del solar. Este espacio se ha tratado con el intento de obtener un cierto ambiente de plaza urbana.
El diseño de la Casa del Patio refleja los principios del Movimiento Moderno, con una clara atención a la funcionalidad, la simplicidad de formas y la integración del interior con el exterior.
Edificio Torres Blancas (1964)
Se trata de una obra maestra de Francisco Javier Sáenz de Oíza. Con su forma orgánica y sus balcones en cascada, el Edificio Torres Blancas es un símbolo de la arquitectura española de los años 60 y una obra maestra del movimiento moderno.
De las dos torres proyectadas por el arquitecto sólo se construyó una, cuya fachada fue revestida en hormigón visto y no mezclado con polvo de mármol blanco como se pensó en un principio. Oiza emplea genialmente el hormigón para insinuar formas orgánicas, optando por las curvas frente a la línea recta y los ángulos, inexistentes o suavizados no sólo en su fachada, sino también en el interior.
Este edificio residencial recibió el premio del COAM en 1969. Sigue siendo un ícono de la arquitectura española y una obra maestra del movimiento moderno.
La Pagoda (1967)
La Pagoda es uno de los edificios más conocidos y queridos de Valencia. Una extraña arquitectura de inspiración nipona que diseñaron Antonio Escario, José Antonio Vidal y José Vives. Lo más característico es su fachada, que refleja y casi se transforma, con los cambios de luz del atardecer y amanecer. La estratégica colocación de jardineras, los planos correderos y las terrazas hacen que el interior y el exterior estén muy mezclados en cada casa.
Casa Carvajal (1967)
Proyectada por uno de los arquitectos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, Javier Carvajal. Creada para él y su familia, vivió en ella solo 10 años y la concibió como un homenaje a La Alhambra de Granada. Enteramente hecha de hormigón armado y de una sola planta es, sin embargo, una construcción brutalista integrada perfectamente en su entorno natural, que se adapta al desnivel del terreno.
En 1969 fue premiada con el premio Fritz Schumacher de la Universidad de Hamburgo a la mejor arquitectura de Europa y ha sido declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de “monumento”.
Edificio La Princesa (1967)
Fernando Higueras, con la colaboración de Antonio Miró, levantó uno de los edificios más paradigmáticos del brutalismo en Madrid: las viviendas para militares de San Bernardo.
Fernando Higueras quería hacer una edificación libre y además, abierta a los sentidos, donde jugaban un papel muy importante el hormigón y la vegetación.
Casa Gárate (1968)
Construida por Germán Souto Candeira. El estilo típico de los sesenta se puede apreciar en muchos elementos como la combinación de materiales tradicionales, como la piedra, la madera, el mármol con formas orgánicas, el mobiliario que forma parte de la arquitectura y la continuidad e integración entre techos, librerías, suelo y muebles.
Es una casa muy de su época y, aunque sea de un arquitecto desconocido, con una arquitectura muy brillante para la época en la que está hecha. Participó en 2019 en la quinta edición del festival de arquitectura Open House Madrid.
Grupo Pedro Astigarraga (1968)
Estos inmuebles son comúnmente conocidos como “Casas americanas”. Este atípico conjunto es fruto de un concurso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao para la construcción de más de 200 viviendas en el barrio de San Ignacio. Rufino Basáñez fue el arquitecto elegido para esa labor y junto a Esteban Argárate y Julián Larrea crearon esta innovadora y moderna construcción. La propuesta fue una reinterpretación de “La Unité d’habitation” que había construido Le Corbusier una década antes.
La propuesta de los tres jóvenes fue tan transgresora y única con respecto al urbanismo de la época que fue totalmente incomprendida por la ciudadanía de los 60. La sociedad no estaba habituada a propuestas edificatorias tan radicales como esta, y es por ello por lo que la distinción le ha llegado años más tarde. En 2013, la Fundación Docomomo reconocía al Grupo Pedro Astigarraga como patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno.
La arquitectura española de los años 60 fue un período de innovación y experimentación, que dejó un legado duradero y sigue siendo una fuente de inspiración para arquitectos de todo el mundo. Sus obras emblemáticas continúan cautivando a quienes las contemplamos, recordándonos la audacia y la creatividad de una época dorada en la historia de la arquitectura española.