The Sibarist

Entrevista a Belén Moneo

Hablamos con Belén Moneo, conocida por su trabajo en la arquitectura sostenible y la regeneración urbana y por su enfoque multidisciplinar de una profesión en la que ha diseñado una identidad propia y reconocible.

Belén Moneo en El Invernadero

A la vanguardia de la arquitectura española contemporánea, Belén Moneo es la otra mitad de Moneo Brock, el estudio fundado con Jeff Brock que destaca por su proyección internacional y por abordar desde proyectos residenciales a espacios comerciales, laboratorios universitarios, museos… siempre desde un compromiso por encontrar soluciones sostenibles y duraderas. Adaptados a trabajos de todas las escalas, están especializados en diseños de urbanismo, interiorismo y paisaje. Para Belén Moneo, lo mejor de la arquitectura que practican es ese concepto multidisciplinar que los anima a tocar todos los palos de una profesión que, “como ocurre en otros oficios, es normal que se pase de padres a hijos”.  Defiende ese cariz intangible del buen diseño y de la buena arquitectura y, debido a su pasión por la física y el arte, compartida con Jeff, en Moneo Brock miman mucho las estructuras, como si fueran esculturas que dan sentido a todo lo demás. 

“En el Hotel Kimpton Las Mercedes, cada una de nuestras 130 habitaciones es un reflejo de la armonía entre lo histórico y lo contemporáneo”.

Hace 30 años que fundaste el estudio junto a Jeff Brock, ¿cómo resumes esta trayectoria profesional?

En tres décadas de trayectoria, en Moneo Brock hemos tenido la oportunidad de trabajar en una gran variedad de proyectos. Destacamos el Hotel Kimpton Las Mercedes, los laboratorios de Bogotá en construcción o Fundación Telefónica en Madrid, la reconversión en Espacio de Arte de un emblemático edificio de los años 20 con estructura de roblonada que evocó nuestros orígenes neoyorkinos. También hemos diseñado una casa en El Escorial, una gasolinera con una cubierta en forma de alas de pájaro en la A1, y recientemente hemos vuelto a hacer interiorismo en Madrid, un campo en el que comenzamos en Nueva York, como en el caso de la sastrería Sánchez Caro en Monte Esquinza.

Otros proyectos recientes incluyen la transformación del Hotel Trafalgar en apartamentos turísticos, una taberna en Toledo, cuyo concepto ha desarrollado Marisa Santamaría, y una casa en República Dominicana que fusiona arquitectura tradicional con soluciones contemporáneas. Además, hemos diseñado una casa mediterránea única en Port de la Selva y continuamos con varios proyectos en República Dominicana, donde la inversión es creciente.

Nuestra experiencia y diversidad de proyectos reflejan nuestra capacidad para adaptarnos a diferentes contextos y desafíos arquitectónicos.

Tienda y de taller de la Sastrería Sánchez Caro. Foto: Pablo Gómez Ogando.

Os dedicáis a hacer interiorismo, arquitectura, paisajismo y urbanismo, ¿ qué porcentaje dedicáis a cada disciplina? 

En Moneo Brock, nos centramos en la arquitectura. Sin embargo, en proyectos como el hotel de la Ciudad Colonial, donde los patios son clave, nos involucramos también en el paisajismo, conceptualizando el patio como un oasis vegetal. Para la elección de las plantas, contamos con expertos y colaboramos con profesionales de gran calidad. 

Uso residencial, uso público, cítanos ejemplos recientes y proyectos que os apetezcan.

A lo largo de nuestra trayectoria, como ya he citado, hemos tenido la oportunidad de trabajar en una gran variedad de proyectos. Tras nuestra etapa en la Universidad de Columbia, estuvimos en Estocolmo, donde supervisamos la obra del Museo de Arte Contemporáneo y Arquitectura, que había ganado mi padre. Hemos sido afortunados de poder abordar programas tan diversos como un edificio de laboratorios en altura en Nueva York y torres residenciales de lujo en Monterrey (México).

En cuanto al uso residencial, no habíamos realizado viviendas desde la casa en El Escorial en 2005, pero ahora estamos volviendo a este ámbito, que consideramos muy interesante. Nos gustaría especialmente trabajar en vivienda colectiva en Madrid, un área en la que aún no hemos incursionado y que es muy necesaria en España en la actualidad. Estamos explorando las posibilidades para colaborar con nuestra promotora en el esfuerzo por proporcionar más vivienda en los próximos años.

Sí, para nosotros el diseño es una parte fundamental, tanto en arquitectura como en mobiliario. Por ejemplo, estamos trabajando en el diseño completo de los muebles para la taberna La Esencial de Toledo. Desde el año 2000, hemos trabajado con metacrilato y seguimos desarrollando piezas como el biombo Aurora Borealis, que será parte de nuestra próxima exposición encuadrada en el programa del Festival Off de Madrid Design Festival. Lo interesante de este diseño es su versatilidad, ya que, al ser tan modular, se puede adaptar fácilmente a cualquier espacio.

Biombo Aurora Borealis, pieza diseñada en metacrilato para la exposición 10 rosas, 10 emociones, organizada por Solán de Cabras y la Asociación Española Contra el Cáncer y comisariada por Marisa Santamaría. Foto: Pablo Gómez Ogando.

Estás especializada en materiales, ¿cuál o cuáles son los que ahora mismo te parece más vanguardista o sorprendente entre los que estás aplicando en los proyectos? 

Actualmente estamos en una etapa fantástica de experimentación con materiales, impulsada en gran parte por la necesidad de sostenibilidad. Hay opciones muy interesantes, como los paneles ligeros tipo sándwich, que no solo ofrecen aislamiento, sino que también se pueden utilizar en mobiliario. Un material que nos está sorprendiendo es el Viroc, una mezcla de virutas de madera y hormigón, que resulta muy versátil, fuerte y con una estética interesante gracias a sus diferentes colores. Aunque también seguimos explorando materiales clásicos, como las bovedillas planas, que usamos en las paredes del hotel por su calidad cerámica y su textura suave. La clave está en jugar con los materiales, adaptando su uso de formas inesperada según las necesidades de cada proyecto.

El corcho, como material aislante, está ganando popularidad, aunque no es algo nuevo. De hecho, en mi casa, construida en 1930, ya se utilizaba aislamiento natural en las paredes. Este resurgir de materiales sostenibles, refleja una tendencia hacia el uso de lo que ya se empleaba en el pasado. Actualmente, se están explorando alternativas innovadoras, como la posidonia del Mediterráneo para aislar paredes y tejados, aunque nosotros aún no hemos trabajado con este material. También nos interesa mucho un ladrillo catalán llamado fet de terra, elaborado a partir de tierra compactada, lo que lo convierte en una opción aún más sostenible al requerir menos energía en su producción. Hay mucha investigación en marcha y un esfuerzo constante por convencer a los clientes de que, aunque la inversión inicial sea algo mayor, estas alternativas son más beneficiosas a medio y largo plazo.

Se ha despertado un interés generalizado por la cerámica, ¿qué opinión tienes acerca de esta vuelta a los orígenes?

El redescubrimiento de la cerámica está estrechamente vinculado a sus cualidades sostenibles, como su inercia térmica y el hecho de ser un material local que se obtiene directamente de la tierra del lugar. Esta vuelta al ladrillo, especialmente en la arquitectura contemporánea, refleja una tendencia en la que arquitectos de todo el mundo están explorando sus características: su textura, su color, su ritmo y sus posibilidades compositivas. En nuestro caso, siempre hemos trabajado con cerámica, pero hoy en día estamos viendo una explosión de piezas nuevas, azulejos con relieves y curvas que antes no existían. Un ejemplo son los azulejos esmaltados de la firma Ferrer, como su vierteaguas, que se utiliza de manera innovadora en aplicaciones verticales, en las barras, lo que demuestra cómo se están cambiando las funciones tradicionales de los materiales. Además, en algunos proyectos hemos utilizado piedra natural para hacer celosías, un material aparentemente pesado, pero que, sorprendentemente, nos permite modular la luz de manera muy eficiente. Esta evolución de la cerámica y la piedra nos invita a repensar su uso de formas más creativas y funcionales.

Belén Moneo en El Invernadero

En alusión al libro de Paul Goldberger, editado por Ivorypress, ¿por qué crees tú que importa la arquitectura?

La arquitectura es todo lo que nos rodea y, miremos a donde miremos, todo es diseño y arquitectura. Luego, en la ciudad, la arquitectura es capaz de hacer que nuestro entorno sea funcional y bonito. La arquitectura regula cómo subimos cómodamente una escalera, cómo no nos vamos a caer por el agujero… es fundamental. Sin embargo, creo, sobre todo, es el aspecto intangible de la arquitectura que es lo más importante, es la calidad que te puede ofrecer el espacio.

¿Qué momento vive la arquitectura española?

La arquitectura española atraviesa un momento complejo. Tenemos arquitectos excelentes, muy bien preparados, y en mi experiencia como profesora en la ETSAM, me siento orgullosa de lo bien preparados que los alumnos salen de la escuela. Sin embargo, creo que en los últimos años la sociedad no ha valorado lo suficiente el trabajo del arquitecto. Hay una discrepancia entre la contribución que la arquitectura puede ofrecer y el escaso reconocimiento de la sociedad de los valores intangibles que aporta. Ese proceso de valoración sigue siendo algo pendiente, y tal vez no se comprenda plenamente el impacto que tiene el trabajo del arquitecto.

En cierto modo, seguimos arrastrando las consecuencias de la crisis de 2008, cuando la profesión sufrió un fuerte desprestigio y desde entonces no hemos levantado cabeza. Podríamos hacer autocrítica, reconociendo que quizá no se supo gestionar la burbuja inmobiliaria, aunque también es cierto que en ese entonces los clientes acudían al banco y se les concedían créditos al 100%. Sin embargo, lo que está claro es que la arquitectura sigue siendo una disciplina fundamental, aunque aún no se le dé el reconocimiento que merece.

El proyecto Casa Velázquez, en el centro histórico de Santo Domingo (República Dominicana), ha recibido una mención especial en los premios A+ de Architizer en la categoría de reformas y ampliaciones residenciales. Foto: Fernando Calzada.

¿Crees que la salida para los arquitectos emergentes es el de la rehabilitación?

Ese es un futuro atractivo. Es necesario dar otro enfoque a la profesión, pues hace falta optimizar los recursos existentes. A menudo, antes de derribar, es mejor trabajar sobre lo que ya está construido. La rehabilitación me encanta porque trabajar con el pasado, con otros lenguajes, tener que integrarlos no solo es un reto añadido sino que proporciona una base sobre la que empezar. A veces te enfrentas a un proyecto y te encuentras con la página en blanco, en el caso de la rehabilitación, te apoyas en muchas cosas, tienes las claves. Las pistas están ahí para para ver cómo trazar la siguiente parte de la historia. 

El arte es un pilar importante en tu carrera, ¿cómo se refleja en vuestra forma de entender la arquitectura?

Desde pequeños, tanto Jeff como yo compartimos una gran pasión por el arte y el dibujo, lo que nos llevó a estudiar disciplinas como escultura y pintura. En Harvard, no existía una especialización en arquitectura, pero ambos nos interesábamos por la física, lo que se reflejó en nuestro enfoque hacia la estructura en la arquitectura. Ambos tenemos una gran afinidad por el diseño estructural, que siempre hemos integrado plenamente en nuestros proyectos, viendo la estructura como una parte fundamental de la forma y el espacio. Creemos que, al contrario de muchos otros, la estructura no debe ser algo separado, sino parte integral de la arquitectura.

Nuestra formación artística y científica nos ha permitido combinar la búsqueda de armonía y equilibrio, elementos esenciales en nuestra visión de la arquitectura. A pesar de que la belleza es una palabra que no usamos a la ligera, buscamos siempre ofrecer una sensación de confort visual a través de nuestros diseños. La influencia del arte es fundamental en nuestro trabajo, y aunque no diría que nos inspira directamente, sí nos nutrimos constantemente de él para enriquecer nuestra práctica arquitectónica.

Belén Moneo, Silvia Hengstenberg y Beatriz Fabián durante la entrevista en El Invernadero

Lloyd Wright es considerado precursor de la arquitectura sostenible u orgánica que ahora es más tendencia que nunca, ¿qué proyección futura crees que tiene un modo de construir comprometido con el entorno?

La arquitectura sostenible tiene un gran futuro, especialmente al centrarse en la reutilización de materiales y en la optimización de recursos. Abogo por reutilizar todo lo que podamos, tanto en la construcción como en los materiales. Un buen ejemplo de esto es la taberna de Toledo, donde reutilizamos los ladrillos originales del espacio, dándole una nueva vida a materiales existentes. Aunque la logística y el coste de los materiales reciclados pueden ser un desafío, la clave está en utilizar materiales locales, ya que su impacto ambiental es menor.

Lo más importante en la arquitectura sostenible, sin embargo, son las medidas pasivas que podemos aplicar: orientar el edificio correctamente al sol, proteger las ventanas para controlar la entrada de calor en verano y aprovechar la luz en invierno. La ventilación cruzada es otra estrategia fundamental, que permite reducir la dependencia de sistemas mecánicos y de energía. Además, el aislamiento adecuado en las paredes es esencial para mejorar la eficiencia energética. 

(…)

Hay una directiva europea por la que a partir de 1 de enero de 2030 los edificios que se construyen nuevos tienen que ser impacto cero… 

Creo que, bajo rasante, es muy difícil prescindir del hormigón, especialmente porque necesitamos muros de contención que son complicados de hacer de otra manera. Sin embargo, en la parte superior, las estructuras sí pueden ser de materiales más sostenibles, como acero reciclable al 100% o madera, que no solo captura CO2, sino que también tiene muchas virtudes. Por ejemplo, el loft de Manhattan en el que vivíamos tenía una estructura de madera de 40 x 40 cm, y resulta ser más resistente al fuego que el acero.

La madera, aunque a veces se critica, especialmente en el caso de viviendas prefabricadas en lugares como Los Ángeles, tiene grandes ventajas: es un material dúctil, versátil, fácil de montar y desmontar, y permite una construcción rápida. 

En mi opinión, lo que realmente falta es una mayor difusión de las ventajas que la arquitectura bioclimática puede ofrecer en una vivienda, sin importar su tamaño, ya sea pequeña, grande o enorme. La sostenibilidad y el aprovechamiento de materiales adecuados deberían ser más conocidos y aplicados en todos los tipos de construcciones.

Belén Moneo en El Invernadero

La reducción del impacto medioambiental de las ciudades y acceso a espacios verdes y públicos seguros e inclusivos, son objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, perteneces a Women Action Sustainability ¿cómo promueve la sostenibilidad un arquitecto en su práctica diaria? 

Nuestra postura en el estudio es clara: cada intervención, conferencia, entrevista o reunión con clientes es una oportunidad para promover la sostenibilidad. Creemos que es nuestra responsabilidad liderar en este aspecto, explicando cómo se logra la sostenibilidad en la arquitectura y qué beneficios conlleva. Para nosotros, es parte fundamental de nuestra labor.

En cuanto a la preocupación por el coste, actualmente la sostenibilidad no implica un gran aumento de los precios. De hecho, hoy en día los números son muy claros: aunque la inversión inicial pueda ser ligeramente mayor, los ahorros a largo plazo son mucho más significativos. Afortunadamente, hemos superado el debate sobre el coste-beneficio que antes no estaba tan claro. Los promotores han entendido que la sostenibilidad no es solo un gasto, sino una inversión.

Además, muchos arquitectos están comenzando a implementar medidas pasivas como la orientación adecuada o la ventilación cruzada, lo que reduce enormemente el consumo de energía antes de recurrir a sistemas como el aire acondicionado. Por supuesto, estas soluciones no siempre son fáciles de aplicar, ya que pueden requerir sacrificios como evitar instalaciones de gas, que generan pérdidas de energía a través de las rejillas de ventilación. Es algo que deberíamos mejorar, por ejemplo, con innovaciones como alarmas que cierren estas rejillas para evitar la pérdida de energía. 

Junto con socias Mª José Torres Hors, Isabel Beneitez y Mercedes Díez, fundaste en 2022 CREAS, cuéntanos en cómo surge.

CREAS es un grupo de mujeres que nos conocimos a través de la asociación WIRES (Women in Real Estate Spain), fundada por Carmen Panadero. Allí compartimos inquietudes y, cuando comenzaron a surgir las subvenciones, muchas de nosotras nos interesamos por proyectos de rehabilitación de barrios, como el de Carabanchel. Pensamos que era una excelente oportunidad para llevar a cabo iniciativas que realmente mejoraran socialmente las comunidades, como proyectos de rehabilitación que también beneficien a las áreas comunes de las ciudades.

Con esa idea, comenzamos a trabajar en rehabilitaciones, colaborando con empresas que son grandes tenedores de inmuebles. Aunque ha sido un camino difícil, especialmente por la burocracia y los trámites relacionados con las subvenciones, seguimos creyendo que estos proyectos saldrán adelante.

“En el proyecto de Trafalgar 35, uno de nuestros objetivos era transformar este edificio en un modelo de eficiencia energética y sostenibilidad ambiental”.

¿En qué consisten los proyectos concretos? 

Actualmente estamos trabajando en un proyecto muy interesante de comunidades energéticas.

Este modelo de sostenibilidad permite que una casa individual o un grupo de viviendas se conviertan en pequeñas productoras de energía. Algunas viviendas tienen paneles solares, otras geotermia, otras calderas, y lo que se busca es compartir estos recursos. Así, cada hogar puede suplir sus necesidades energéticas a través del intercambio y compartir energía cuando sea necesario.

Este proyecto lo estamos desarrollando junto con Lola Carnicero, una ingeniera que forma parte del grupo. Las comunidades energéticas ya existen en otros países europeos y, aunque en España se está comenzando a implementar, es un modelo que está ganando cada vez más interés. Un ejemplo previo en Barcelona fue el proyecto de  district heating que permite compartir energía a través de redes comunes.

En cuanto a la parte legal, hay ciertos aspectos que aún están en desarrollo, ya que la ley ha cambiado recientemente, lo que ahora facilita la creación de estas comunidades. Anteriormente existían restricciones, pero ahora, gracias a la nueva legislación, se han ampliado las ventajas para estos proyectos.

¿Cómo se miden las ventajas de aplicar la sostenibilidad en una construcción?

La medición de las ventajas de aplicar la sostenibilidad en una construcción es un desafío, especialmente cuando se trata de viviendas particulares. Hemos realizado un proyecto muy sostenible, pero la dificultad radica en cómo comparar los gastos de esta casa con los de la contigua, ya que hay muchos factores intangibles que no se pueden medir fácilmente. Lo que necesitamos son herramientas que permitan valorar esos aspectos que van más allá de lo económico, como la calidad arquitectónica, los materiales, los detalles y la armonía del espacio. 

Por ejemplo, sería interesante contar con medidores de factores como la luminosidad o la espacialidad dentro de la vivienda. Incluso podría medirse el equilibrio o la sensación de armonía en un diseño, pero estos son parámetros difíciles de cuantificar. De ahí la importancia de educar al público para que empiece a valorar estos aspectos intangibles, entendiendo por qué elegir una casa bien pensada es beneficioso no solo para el medio ambiente, sino para el bienestar personal. 

Al final, el reto es que el público pueda diferenciar no solo la calidad de los materiales, sino también la calidad de los detalles, la simplicidad en el diseño y las bondades de una arquitectura pensada para mejorar la vida de quienes la habitan. 

El Hotel Kimpton Las Mercedes, un ejemplo de revalorización del patrimonio arquitectónico de la Ciudad Colonial en Santo Domingo.

¿Qué piensas de la arquitectura del wellness de Estados Unidos que en España se aplica más a oficinas que a vivienda porque dicen que no rentable?

La vivienda puede mejorar la calidad de vida, hay ciertos parámetros de diseño, como la calidad del aire y el agua en el hogar, influyen en nuestro bienestar. En la ciudad, la calidad del aire dentro de la vivienda puede ser incluso peor que la del exterior si no se ventila abriendo las ventanas. Ahora existen filtros de aire con una solución para renovar la calidad del aire sin perder energía, ya que los sistemas de recuperación de calor permiten mantener una temperatura adecuada sin abrir las ventanas. 

En cuanto a la sostenibilidad, se habla de un sistema más dinámico en el que los promotores podrían quedar vinculados al futuro desempeño energético de sus edificios, recibiendo un retorno económico si los edificios se venden con mejores características de eficiencia energética. Este sistema parece ser una forma de ajustar la compensación a largo plazo a todos los actores, incluidos los arquitectos, incentivando a los promotores a invertir en sostenibilidad desde el inicio del proyecto.

En el corazón del Hotel Las Mercedes, el patio principal se convierte en un espacio vital que conecta a los huéspedes con la naturaleza y la historia de la Ciudad Colonial.

¿Cómo se regenera un barrio y cuál es el proceso?

Pues muy complicado. Por ejemplo ayer estuvimos en una pequeña ciudad porque están planteando un plan estratégico de regeneración del casco. Y, ¿qué pasa?, pues allí, por ejemplo, sería ideal una gentrificación. ¿Por qué? Porque hay muchísimas viviendas vacías, con lo cual nunca va a significar que echas a los residentes, lo que estás intentando es atraerlos. En ese caso es genial. Para ello, es fundamental mejorar la calidad de los espacios públicos, como plazas y parques, plantando más árboles y convirtiendo ciertos aparcamientos en zonas más atractivas. El ayuntamiento tiene un papel clave en este proceso, pero también es importante incentivar a los comercios locales a abrir y funcionar. La regeneración debe ir de la mano con la promoción privada, brindando facilidades para que los inversores también se involucren. La Ciudad Colonial, en Santo Domingo, es un ejemplo de regeneración urbana total. La apertura de nuestro proyecto Las Mercedes Kimpton Hotel va a hacer mucho por la regeneración urbana, ha abierto el jardín interior al público, se han celebrado infinidad de bodas, la gente va a comer en los restaurantes, va a la tienda de cerámica que hay al lado, hay un poco de atractivo, una conexión con lo local, que hace que más gente venga de fuera conocerlo. 

En República Dominicana también hubo un programa de Ministerio de Turismo de mejora de calles, reducción del tráfico, mejora de fachadas, eliminación de los cables que había por todos lados, mejora de la seguridad…, es decir, sí que se pueden tomar muchas medidas para regenerar los barrios. Regenerar un barrio no solo requiere acciones por parte de las autoridades sino también de los interlocutores privados, porque tiene que confluir muchos factores para que se efectúe un cambio en un plazo razonable. 

¿En qué estás trabajando ahora mismo?

En España, también hemos comenzado a trabajar en un proyecto para una bodega, donde nos estamos centrando en el paisajismo y en la rehabilitación del paisaje, lo cual es un área que nos parece muy interesante y enriquecedora. 

Además, estamos trabajando en Monterrey, México, donde estamos desarrollando un proyecto de torres de vivienda de lujo. Cada apartamento tiene 450 m² por planta y unas vistas impresionantes, especialmente hacia las montañas, lo que hace que el entorno sea espectacular. También estamos a punto de comenzar otro proyecto para el Tecnológico de Monterrey, en el que vamos a diseñar una casa particular.

Nuevo edificio de laboratorios del campus Quinta Mutis, un proyecto que será clave en la ciudad de Bogotá. Foto: Drawfield Studio.

¿Un sueño profesional que tengas y que te gustaría que se cumpliera?

Estamos trabajando en un proyecto de interiorismo en Nueva York, un apartamento de diseño y sería un sueño poder volver a construir allí, ya que en el pasado tuvimos la oportunidad de trabajar en la Universidad de Colombia, donde colaboramos con mi padre en la construcción de unos laboratorios universitarios. Ese proyecto fue realmente bonito y estamos muy orgullosos del resultado.

Tuvimos nuestro estudio en Nueva York diez años y siempre nos ha ilusionado la idea de volver a trabajar allí. No sé si llamarlo un “sueño”, pero la verdad es que lo que estamos haciendo ahora, con la variedad de proyectos que tenemos por todo el mundo, ya es muy enriquecedor.

Imagen de la galería _2B spacetobe durante la exposición Ref_USE, de Silvia Paredes.

Hace más de 10 años que creaste _2B spacetobe, ¿qué has querido desarrollar en este espacio multidisciplinar?

La galería surgió espontáneamente porque teníamos ese espacio que inicialmente pensábamos usar para hacer maquetas, muebles, y para realizar eventos. Al final, han predominado los eventos, aunque también hemos hecho maquetas y muebles. Este espacio nos da mucha satisfacción porque nos permite ofrecer una oportunidad a otras personas para mostrar su trabajo, y casi siempre son personas que admiramos y que creemos que tienen mucho que contar.

También hemos podido colaborar con personas como Marisa Santamaría, que ha comisariado exposiciones muy elaboradas y trabajadas. Ha sido muy divertido porque hemos podido trabajar con gente joven de la universidad y con gente mayor que nunca había expuesto. Como mencionábamos antes, el arte siempre tiene relación con la arquitectura. Me gusta la multidisciplinariedad, ya sea en arte, escultura, arquitectura o diseño y también hemos hecho ciclos de cine. La próxima exposición incluirá a seis diseñadoras industriales internacionales, todas de fuera de España, enmarcado dentro del proyecto Mujer X Mujer iniciado por Marisa en 2019. Será una colectiva titulada Diseño en Transición, coincidiendo con la celebración de Madrid Design Festival, abierta del 7 de febrero al 13 de marzo.

Beatriz Fabián, Belén Moneo y Silvia Hengstenberg en El Invernadero

Redacción: Beatriz Fabián

Beatriz es periodista especializada en contenidos editoriales offline y online sobre diseño, arquitectura, interiorismo, arte, gastronomía y estilo de vida.

Valencia lidera los estudios y proyectos que se realizan en Europa y en el mundo sobre neuroarquitectura y aquí hablamos con los científicos que han llevado a cabo el primer estudio de esta disciplina aplicado a la vivienda, una experimentación pionera realizada gracias a empresas como NIU e inHAUS que han combinado visitas virtuales y físicas a viviendas industrializadas.
Kawanar es una exposición colectiva que reúne fotografías, una colección de sillas intervenidas por artistas y un cortometraje que hablan del proyecto solidario homónimo desarrollado por Foundawtion en Senegal. En _2B space to be, de Moneo Brock (Benigno Soto, 14. Madrid) hasta el 7 de diciembre.