The Sibarist

Paseo Pintor Rosales: un kilómetro verde único en la ciudad 

Madrid está en efervescencia, por eso un Paseo como el de Pintor Rosales, en pleno centro, en el distrito de Argüelles, de una paz inigualable y de un ambiente señorial, es un hecho único.

Propiedad de la foto: https://patrimonioypaisaje.madrid.es/ (MuniMadrid)

A escasos metros de Ópera, Princesa o Gran Vía, pero que sin embargo goza de un pulmón verde como el del Parque del Oeste. Algo de lo que muy pocos pueden disfrutar como propietarios (apenas salen viviendas a la venta) y muchos podemos hacerlo paseando.

Si a la manzana del barrio de Salamanca delineada por las calles de Juan BravoPríncipe de Vergara, Jorge Juan y Ortega y Gasset se le conoce coloquialmente como la Milla de Oro, al Paseo de Pintor Rosales podríamos llamarlo el ‘Kilómetro de Oro’, pues en su extensión de 1,2 kilómetros se concentran algunos de los inmuebles más codiciados del barrio de Argüelles y en general de todo Madrid. 

Esta extensión limitada, hace que también lo sea la oferta, a lo que se suma que no hay apenas rotación, por lo que encontrar un piso en venta en el paseo se convierte en un hecho esporádico, y como muchas veces ocurre en el mercado inmobiliario la mayoría de transacciones se cierran off-market, canalizadas a través de relaciones de confianza con asesores especializados. “Contamos con una demanda activa y constante de clientes que buscan en Rosales algo que no encuentran en otros barrios: la combinación de amplitud, entorno verde y serenidad. La mayoría de las viviendas tienen superficies generosas, techos altos y una arquitectura con carácter, algo muy difícil de replicar en promociones de obra nueva”, afirma Silvia Hengstenberg, CEO de The Sibarist.

Pisos XL con vistas únicas

Es difícil encontrar una ubicación como la de Rosales en todo Madrid, e incluso en otras grandes ciudades europeas: un paseo, donde en uno de los laterales (los números pares) se distribuyen viviendas y el otro es un gran oasis verde formado por el  Parque del Oeste y el Templo de Debod; y con la Casa de Campo a pocos kilómetros. Este planeamiento fue concebido a finales del siglo XIX como un mirador a lo largo de la cornisa que bordea la antigua montaña del Príncipe Pío (entre la plaza de España y el barrio de Arguelles), por lo que pensando en paralelismos actuales, algunos llaman a este entorno el ‘Park Avenue madrileño’ (metáfora también usada para la Avenida de Menéndez Pelayo, con vistas al Retiro). 

La amplitud visual que este frente verde ofrece a las viviendas hace que la luz de Rosales sea única, incluso en las primeras plantas de los edificios, porque, además,  si bien el Paseo en sí tiene una longitud reducida, su anchura es muy considerable, permitiendo que la arboleda no reste luminosidad. Algo que podemos ver en esta propiedad de la imagen, con grandes ventanales. Se trata de una vivienda completamente reformada en 2008, y aunque la zona social se ha convertido ahora en un gran despacho, más otras dos habitaciones, sus 172 metros cuadrados podrían distribuirse de nuevo en 3 dormitorios, pues tiene dos cuartos de baño. 

La luz es uno de los grandes activos de Rosales. En la imagen, la propiedad con referencia THSSESMAD0422 a la venta, con trastero incluido. Precio a consultar.

La superficie de la mayoría de las viviendas no entiende sin embargo de pequeñas dimensiones, a principios del siglo XX comenzaron a levantarse viviendas aristocráticas donde la generosidad de metros cuadrados y altura, y una delimitada zona de servicio era necesaria. La mayoría, además, al no haberse depreciado nunca no se han segregado y siguen conservando estas grandes dimensiones. Además de las grandes fortunas, desde el principio el paseo tuvo también vecinos del mundo artístico y las Bellas Artes, algo que curiosamente se ha mantenido hasta la fecha. Entonces fueron el escultor Victorio Macho o el pintor Francisco Padilla, entre otros; hoy son Pedro Almodóvar, Rosario Flores, Alejandro Amenábar o Eugenia Silva, por ejemplo. La privilegiada ubicación, a la vez que la calma y en cierto modo el anonimato que permite este paseo, a pesar de estar en pleno centro, son sin dudas las bazas que les han conquistado a todos ellos. “Hay algo en Rosales que sintoniza con una sensibilidad más introspectiva y estilo de vida más discreto. Sin duda un valor atemporal, con una demanda exigente y bien informada, e inmuebles que se aprecian más por su singularidad y escasez de oferta”, concluye la socia de The Sibarist. 

Arquitectura con personalidad, y sin estridencias

Las fachadas de las fincas residenciales, siendo muy distintas entre ellas, guardan sin embargo una armonía estética. Además de su indudable valor urbanístico y paisajístico, Rosales destaca por la calidad de su arquitectura. Algunas de sus fincas más representativas llevan la firma de figuras clave del racionalismo madrileño, entre ellas Luis Gutiérrez Soto, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX en España. Su estilo, sobrio pero sofisticado, define buena parte de la estética del paseo: líneas puras, proporciones equilibradas y una atención exquisita al diseño interior.

En el número 58 del Paseo, se encuentra la Casa de Valencia, institución cultural y hoy restaurante también, así como una de las fachadas más reconocibles. Fue construido en 1975 por el arquitecto Manuel de Cárdenas.

Muchas de estas viviendas, construidas entre los años 40 y 70, conservan su estructura original y son auténticas joyas residenciales que conjugan valor patrimonial y funcionalidad contemporánea. Es habitual encontrar en ellas grandes ventanales, (poco frecuentes en arquitectura de otras épocas), que no sólo inundan los espacios de luz natural, sino que regalan imponentes vistas al Parque del Oeste, reforzando el atractivo único de estas propiedades.

¿Quién compra en Rosales (además de los artistas)?

La motivación de compra en Rosales suele responder a una combinación de factores. Como ya hemos explicado la cercanía al pulmón verde que supone el Parque del Oeste, la arquitectura residencial con tipologías amplias y la tranquilidad de una zona eminentemente residencial, todo ello a escasa distancia del centro financiero y cultural de la ciudad hace un combinado inigualable. “Rosales siempre ha tenido un magnetismo especial”, afirma Silvia Hengstenberg. “Ha sido históricamente una ubicación apreciada por el comprador nacional de alto poder adquisitivo, y sigue siéndolo. Sin embargo, en los últimos años detectamos un creciente interés por parte del cliente internacional más sofisticado, que empieza a ver en esta zona una alternativa discreta frente a otras localizaciones prime más expuestas, como el barrio de Salamanca.”

Render de cómo quedará el histórico Quiosco Magadán tras su reapertura. Derechos de la imagen: Grupo Lamucca.

Actualmente, el precio por metro cuadrado en este enclave se sitúa en torno a los 10.000 euros, reflejo tanto de la escasez de producto como del valor que concede el mercado a los activos singulares y bien conservados. Las expectativas apuntan a una evolución estable o incluso al alza, especialmente en inmuebles rehabilitados con criterios de calidad, eficiencia energética y diseño. Prueba de que el ‘club de fans’ de este paseo comienza a ser cada vez mayor, es que incluso grupos de restauración como Lamucca  quieren poner pica aquí, por eso están recuperando el icónico Quiosco Magadán, donde muchos madrileños hemos disfrutado de aperitivos y tardeos con las mejores vistas, para convertirlo en punto de encuentro de madrileños y turistas de distintas generaciones. 

La obra nueva es prácticamente inexistente en el propio paseo, y aunque existen desarrollos puntuales en zonas colindantes como Argüelles, Rosales mantiene su estatus de mercado maduro, consolidado y, sobre todo, exclusivo

Chamberí enamora a cualquier nacionalidad, por supuesto y por encima de todo al comprador español. Descubrimos los ingredientes que hace que este distrito nunca baje de la lista de deseos inmobiliarios, con Almagro a la cabeza, y por qué el vivo y rico barrio de Trafalgar ha tirado aún más de la demanda de esta zona.
Analizamos las tendencias para este 2025. Los precios no frenan, y tampoco la imaginación en este sector: la falta de suelo hace que los compradores miren a otras zonas de la periferia Premium de las grandes ciudades, que además les permiten más metros cuadrados. Y, por su parte, los promotores e inversores siguen desarrollando movimientos dirigidos al conocido como flexiliving, con soluciones pensadas para diferentes etapas de la vida.