Imponente villa en un escenario idílico frente al Mediterráneo

Este encantador enclave, alejado del bullicio turístico, ofrece una atmósfera de paz y exclusividad que enamora a todo el que lo descubre. Sus calles tranquilas serpentean entre villas elegantes y jardines cuidados, respirando ese aire puro que mezcla sal marina y aroma a lavanda silvestre. Aquí, el ritmo de vida es pausado, y cada rincón invita a la contemplación. Muy cerca, las calas de Sant Pere y Sant Joan, de aguas cristalinas y tonos turquesa, parecen sacadas de una postal: pequeñas, íntimas y rodeadas de naturaleza, ideales para nadar, bucear o simplemente dejarse llevar por la calma. El equilibrio perfecto entre naturaleza y comodidad. A pesar de su tranquilidad, está a pocos minutos en coche del casco antiguo de Alcudia, con su muralla medieval, mercados tradicionales y una vibrante vida cultural y gastronómica.

Sur, Este lo que garantiza una luminosidad constante desde las primeras horas de la mañana, aportando calidez y claridad a cada estancia.

Esta casa es una declaración de intenciones: vivir frente al mar, con el horizonte como compañero constante y la luz como protagonista. La arquitectura se abre hacia el paisaje, permitiendo que el exterior se cuele con naturalidad en cada rincón. Los grandes ventanales y las amplias terrazas parecen suspendidos sobre el mar, invitando a detener el tiempo y dejarse envolver. Privacidad, serenidad y una conexión casi espiritual con la naturaleza. Es un lugar donde la calma forma parte del paisaje diario.

La propiedad se encuentra en un buen estado de conservación. Es posible actualizar acabados, introducir materiales contemporáneos o reinterpretar espacios para adaptarlos a un estilo de vida más actual sin renunciar a su esencia. La vivienda no requiere una reforma estructural, pero sí admite una puesta al día que potencie todo su carácter y singularidad.

Situada en una de las zonas de mayor demanda y proyección de Mallorca, esta propiedad representa no solo un lugar para vivir, sino una inversión segura y con gran recorrido. Su entorno privilegiado, deseado por su privacidad, belleza natural y calidad de vida, convierte cada metro cuadrado en una oportunidad de valor. Cuenta con licencia turística en vigor, lo que permite una explotación legal y altamente rentable, especialmente en una isla donde la demanda de alojamientos de alta gama no deja de crecer. Una combinación poco habitual entre disfrute personal y retorno económico, en un contexto donde la exclusividad es sinónimo de estabilidad.