8 casas de arquitectura española de los años 70
Un recorrido imaginario por la arquitectura de la década de 1970 hasta 1980.
En los años 70, la arquitectura en España se caracterizó por una transición política y económica marcada por el fin de la dictadura franquista y el inicio de la democracia.
Hubo un importante desarrollo urbano con la construcción de nuevos barrios residenciales y edificios institucionales. El hormigón visto fue un material comúnmente utilizado, reflejando un enfoque brutalista en el diseño arquitectónico. Se experimentó con formas geométricas simples y estructuras audaces. La influencia internacional se hizo presente, con arquitectos españoles adoptando nuevas tendencias y técnicas de diseño. La arquitectura de esta época reflejaba una búsqueda de identidad y modernidad, adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad española.
España vio emerger y consolidarse a varios arquitectos reconocidos, cuyas obras contribuyeron significativamente al panorama arquitectónico nacional e internacional. Arquitectos como Ricardo Bofill, Rafael Moneo, Francisco Javier Saénz de Oiza y Javier Carvajal Ferrer, se convirtieron en referentes de esta época.
La Muralla Roja (1973)
Diseñada por el renombrado arquitecto español Ricardo Bofill en Calpe, se ha convertido en un ícono del movimiento arquitectónico postmoderno.
Se distingue por su intrincada combinación de formas geométricas, colores vivos y la utilización del hormigón visto. Su nombre hace referencia a la paleta de colores intensos que se utilizan en su fachada, evocando la tradición arquitectónica mediterránea y la arquitectura islámica.
Ha sido ampliamente reconocido y ha recibido varios premios y distinciones a lo largo de los años por su innovador diseño y su contribución a la arquitectura contemporánea: Premio de la Asociación Española de Críticos de Arte (AECA) en 1973, Premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura y Urbanismo en 1974 y Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1984.
Torre de Valencia (1970)
Emblemático edificio situado en Madrid. Diseñada por el arquitecto español Javier Carvajal Ferrer, esta torre residencial se convirtió en un hito arquitectónico de la capital española.
Es un ejemplo representativo del movimiento arquitectónico conocido como metabolismo, que surgió en Japón en la década de 1960 y se caracteriza por su enfoque en la adaptabilidad y la flexibilidad de las estructuras arquitectónicas.
La torre consta de una serie de módulos cilíndricos apilados verticalmente, creando una estructura escalonada y dinámica. Esta disposición permite una variedad de diseños de apartamentos y una amplia variedad de vistas panorámicas de la ciudad.
Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias (1971)
Una obra pensada colectivamente en sus inicios por los arquitectos Rubens Henríquez, Luis Cabrera, Fernando Isidro y Enrique Seco. Junto a ellos, la responsabilidad para su diseño final y la culminación de las obras recayó en los jóvenes profesionales Javier Díaz Llanos y Vicente Saavedra.
Edificio sumamente expresivo de las preocupaciones arquitectónicas de la época. La sede del Colegio de Arquitectos abre un período nuevo en la obra de estos arquitectos donde, definitivamente, se abandonan los modelos formales de la arquitectura nórdica para pasar a inspirarse más directamente en los planteamientos desarrollados por la arquitectura británica de posguerra.
El edificio Yaiza (1973)
Popularmente conocido como “La Torre de los Taxistas”, edificio emblemático ubicado en Santa Cruz de Tenerife. Diseñado por el arquitecto Miguel Pintor Estopiñán, es un ejemplo destacado de la arquitectura moderna en la isla.
La Torre de los Taxistas se caracteriza por su forma cilíndrica distintiva y su fachada de hormigón visto. Una de sus características más notables es su ubicación prominente en el paisaje urbano de Santa Cruz de Tenerife, lo que la convierte en un hito arquitectónico en la ciudad.
Este edificio ha sido reconocido como un ejemplo representativo de la arquitectura moderna en las Islas Canarias y ha sido objeto de interés por parte de arquitectos y entusiastas de la arquitectura. La Torre de los Taxistas es considerada una parte integral del patrimonio arquitectónico de Santa Cruz de Tenerife y contribuye a la identidad visual de la ciudad.
Torre Urquinaona (1970)
Esta torre de 70 metros de altura y 22 plantas fue proyectada por Antoni Bonet y Benito Miró en Barcelona. Su esbeltez se realza gracias a formas que acentúan su expresividad y verticalidad. Una de sus características es que su planta octogonal está revestida de piezas de cerámica, un material muy mediterráneo.
El remate superior tiene una configuración casi escultórica, jugando con los volúmenes para romper la verticalidad inherente a los rascacielos. Actualmente, el edificio alberga las sedes del Consorcio de Educación de Barcelona y del Consulado de Venezuela.
Edificio Walden 7 (1975)
Es una obra emblemática del arquitecto español Ricardo Bofill ubicada a las afueras de Barcelona. Este innovador complejo residencial fue completado en 1975 y es considerado uno de los proyectos más destacados del movimiento arquitectónico conocido como postmodernismo.
Se caracteriza por su estructura modular y sus formas geométricas audaces. Está compuesto por un conjunto de apartamentos dispuestos en forma de pirámide, con una serie de patios interiores y espacios comunes que fomentan la interacción social entre los residentes.
El nombre “Walden 7” hace referencia a la novela “Walden Dos” del escritor estadounidense B. F. Skinner, que trata sobre una sociedad utópica. Bofill se inspiró en esta idea para crear un ambiente comunitario y urbano que promueva la vida en comunidad y la convivencia entre sus habitantes.
A lo largo de los años, el Edificio Walden 7 ha sido reconocido internacionalmente como una obra maestra de la arquitectura contemporánea. Ha recibido varios premios y distinciones por su diseño innovador y su contribución al campo de la arquitectura: Medalla de Oro del Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA) en 1975, Premio de la Asociación de Arquitectos Españoles (AEA) en 1975 y el Premio FAD de Arquitectura e Interiorismo, uno de los más importantes en el ámbito de la arquitectura en España, en 1975.
La torre del Banco de Bilbao (1974)
El arquitecto español Francisco Javier Saénz de Oiza diseñó una de las torres más emblemáticas del Paseo de la Castellana en Madrid. El resultado, un edificio estética y conceptualmente magistral, una de las obras maestras de Saénz de Oiza. Un hito de los años 70.
La torre, que supera los 100 metros de altura, tiene más de treinta plantas y es de planta rectangular. La fachada se resuelve mediante una piel continua de cristal redondeada en las esquinas, permitiendo lanzar vistas al exterior desde cualquier punto, sin interrupción. Sobre la piel de cristal pasarelas y parasoles de acero corten que organizan rítmicamente la fachada, éstos son los que le dotan de su color característico, el llamativo ocre, cada vez más intenso, debido a la oxidación progresiva del material.
Sede de Bankinter (1976)
La sede de Bankinter en Madrid es un edificio emblemático diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo. Ubicado en el Paseo de la Castellana, es reconocido por su diseño moderno y funcional.
La sede de Bankinter se caracteriza por su estructura modular y su fachada de vidrio, que refleja la luz y crea una sensación de transparencia y apertura. El diseño de Moneo enfatiza la interacción entre el interior y el exterior, con amplios espacios abiertos y áreas de jardín que proporcionan un ambiente agradable para los empleados y visitantes.
Este edificio ha sido elogiado por su elegancia y su integración armoniosa con el entorno urbano circundante. Aunque no tengo información específica sobre premios otorgados exclusivamente a la sede de Bankinter en Madrid, la obra de Rafael Moneo en su conjunto ha sido ampliamente reconocida y ha recibido numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera.
En esta década, el uso del hormigón visto fue prominente, al igual que la búsqueda de formas audaces y expresivas. Además, hubo un énfasis en la sostenibilidad y la eficiencia energética en respuesta a preocupaciones medioambientales emergentes.
En resumen, la arquitectura de los años 70 estuvo marcada por la diversidad, la experimentación y una mayor conciencia hacia la responsabilidad social y ambiental.