Un día bien comido en La Latina
La Latina, lejos del ruido de fin de semana y los tópicos del tapeo, vive ahora su mejor momento. Más maduro. Más gastronómico. Más suyo. Te proponemos un día entero para saborearlo bien, con tres paradas que definen su momento.

Hay planes que no se planean. Quedas a desayunar y, sin darte cuenta, el tiempo se estira. La conversación fluye, el café se alarga y el desayuno se convierte en comida. Y cuando parece que el día va a terminar, aparece esa última copa, en ese sitio bonito donde la luz entra bien, el vino acompaña y uno no tiene prisa por irse.
Este recorrido no es una guía. Es una forma de pasar el día. Bien acompañado. Bien comido. A ritmo de barrio.
PARA AMANTES DEL DESAYUNO LARGO: WATTS CANTINA

Su concepto es el de una cantina. En los últimos meses, se ha convertido en parada obligada de los amantes del café, los desayunos largos y la olvidada hora de la merienda. También los que disfrutan descubriendo nuevos vinos naturales y la mejor música en directo.
En Watts Cantina (Calle de Don Pedro, 4) la cocina está abierta todo el día y su carta se construye inspirada por los clásicos ‘diners’ americanos. Francisco y Daniel, después de muchos años trabajando juntos en Toma Café (de ahí, precisamente, viene su café de especialidad), decidieron emprender este proyecto en el que se mezclan los conceptos de cafetería y restaurante. ¿Su plato estrella? No podrás irte sin probar sus deliciosos (e instagramizables) pancakes servidos con sirope de arce canadiense. Además de su oferta de día (en la que también encontrarás una interesante selección de sandwiches y platos perfecto para compartir), cuentan con una propuesta nocturna (durante los fines de semana), en la que sirven vinos naturales y donde la música y el sonido redondean la experiencia.
No olvides echarle un ojo a su programación de DJs, que pinchan únicamente con vinilo.
COMIDA EN ALTO BARDERO

El cierre inesperado de Juana la Loca dejó un hueco difícil de llenar en La Latina. Ahora, en el mismo local, Alto Bardero toma el relevo con un aire nuevo, sin borrar el pasado.
Dos jóvenes chefs al frente, el uruguayo León Bonasso y el argentino Pablo Paternostro unieron sus fuerzas para abrir Bardero en 2021, en el distrito de Arganzuela. Consolidado ya como una referencia en el sur de Madrid, este tándem redobla la apuesta y suma a la causa un nuevo local: Alto Bardero.
Una nueva carta, en la que aparecen varios clásicos de Bardero, y un espacio dividido en dos ambientes (barra de pinchos y comedor) son la declaración de intenciones para dos cocineros que vuelven a su zona. ¿La sorpresa? La tortilla de Juana sigue ahí. Mismo sabor, misma textura, mismo guiño a los que la echan de menos.
La de Alto Bardero es una propuesta fresca donde en cada plato se refleja una mezcla de culturas, una chispa cosmopolita que conecta con el Madrid moderno, pero sin perder de vista la autenticidad de los sabores tradicionales y se presenta en un local totalmente renovado, lleno de luz, tonos neutros y detalles en madera, un primer espacio que funciona sin reservas donde la protagonista es la barra y las mesas altas con taburetes y un comedor interior dotado de mesas bajas y banco corrido para adaptarse a las necesidades de cada día y donde sí se puede reservar.
COMO ÚLTIMA PARADA, UN BUEN VINO: CEDRÓN

Un restaurante y wine bar en el corazón de La Latina, discreto por fuera, cálido por dentro. La carta es breve y pensada. Cocina de producto, con inspiración mediterránea y algún guiño rioplatense. Nada que sobre. Todo con una intención.
Y los vinos, los verdaderos protagonistas. Selección cuidada, con foco en pequeños productores que trabajan con respeto. España, Argentina y más allá. Naturales, honestos, vivos. La mayoría por copa. Para probar, compartir y conversar.
Cedrón es ese sitio al que se llega sin prisa y del que no se quiere salir. Una última parada, sí, pero también una invitación a alargar. Una copa más. Una sobremesa sin hora. Y la sensación de estar justo donde deberías.