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Descripción
La costa asturiana, tan limpia, tan bella, tan verde y tan fiel a su naturaleza es el lugar perfecto al que escaparse. Esta casa tiene la vista de un faro, hipnótica estampa a su espectacular y abrupta costa. No solo nos atrapa su exterior sino que su interior está a la altura de las mejores revistas de interiorismo. Enclavado en la parte alta de Tazones, este coqueto pueblo de pescadores situado junto a la ría de Villaviciosa y abierto al Cantábrico, parece sacado de una idílica postal. El enclave perfecto para descansar, ver sin ser visto y gozar de todos los privilegios que esta maravillosa tierra nos ofrece.
Gracias a su despejada panorámica al Cantábrico, todas las estancias están inundadas por luz e imágenes de ensueño. Sus 270 metros cuadrados se encuentran magistralmente distribuidos creando un ambiente muy cálido, a los que hay que añadir 100 metros de terraza y 120 de jardín. El salón se orienta hacia el acantilado que gracias a sus grandes ventanales podemos disfrutar de las sobrecogedoras vistas sin movernos del sofá. Una panorámica muy especial, ya que se llegan a atisbar las montañas a lo lejos, así cómo el faro de Luces y las distintas tonalidades de verde que atraviesan estas tierras asturianas. Todo un espectáculo natural que llega a su punto álgido durante los atardeceres y las noches de luna llena.
Respecto a la distribución de esta villa unifamiliar, cuyos colores y estilo se inspiran en las tradicionales casas de pescadores asturianas, encontraremos las zonas sociales en la planta principal, donde salón, cocina, terrazas y porches se comunican y se van sucediendo para el disfrute de los huéspedes. Uno de los grandes placeres en esta casa es disfrutar de los atardeceres desde su porche al abrigo de su chimenea exterior, el cual cuenta con una zona de estar y de otra chill out. Aquí el tiempo vale más.
En la segunda planta accedemos a dos amplias habitaciones dobles y otra más pequeña. Las tres son dobles. Tiene dos baños, uno de ellos con una pared de cristal de techo a suelo donde ducharse contemplando el mar ya es una experiencia en sí misma.
El enclave es mágico, muy cerca del faro, al que es más cómodo acceder en vehículo. Dentro de la propia casa podemos aparcar cómodamente cuatro o cinco vehículos. Pasear por la zona es uno de sus grandes atractivos. Podemos bajar a Tazones por un camino de monte de unos 400 metros, o por una senda que comunica con las calles de 1,9 km. Este pueblecito es uno de los más bonitos de España, formaba parte del itinerario de las rutas imperiales europeas de Carlos V (de hecho, fue la primera parada del emperador en su primer viaje a la Península y cada año los vecinos conmemoran el acontecimiento con un festival que siempre se celebra en agosto), y es hoy en día uno de los mejores lugares donde comer pescado y marisco de toda la costa asturiana.
El pueblo cuenta con su propia playa, a las que hay añadir las de los alrededores como la playa España (famosa por el surf), la playa Merón y la impresionante playa de Rodiles (también conocida por el surf) a la que se accede cruzando la ría de Villaviciosa. Se encuentra además a 25 minutos en coche de Gijón, y a 35 de la capital del Principado. Un lugar ideal para vivir la aventura y la naturaleza, donde realizar todo tipo de excursiones de montaña, senderismo, deportes acuáticos o incluso jugar al golf en Villaviciosa.
Para una información más detallada, te invitamos a visitar nuestra sección 5 estrellas, que encontrarás más abajo en esta misma página, después de las imágenes.
Detalles
- Referencia THSTESAST0001
- Precio Consultar
- Metros construídos 365 m²
- Habitaciones 3
- Baños 3
- N° de personas 6
- Localización Tazones, Asturias
Atributos
- Amueblado
- Internet inalámbrico (Wi-Fi)
- Plaza de garaje
5 Estrellas
Desayunar frente a la verde costa escarpada asturiana desde su terraza acristalada o contemplar el sol desvanecerse en el mar al final del día, sin nada que entorpezca. La vista no tiene precio. En Tazones no te pierdas la “Casa de las Conchas”, y si hay marea baja, busca las huellas de dinosaurios.
El refrescante agua del mar del norte es renovadora durante los veranos, al igual que lo es dormir con el confort de sábanas 100% de algodón o arroparse bajo una suave manta contemplando la naturaleza. Las noches estivales son siempre refrescantes.
La arena mojada tras la caricia del mar, la vegetación todavía resplandeciente por el rocío, el mar, la lluvia fina o los aromas de los prados. Olores que permanecen en la memoria y que nos dibujan una sonrisa.
Tazones es conocido por su tradición gastronómica. Considerado como uno de los mejores lugares donde comer pescado y marisco de toda la costa asturiana. Villaviciosa es además la capital de la comarca de la sidra y destaca por una gran cantidad de llagares y sidrerías que son parte de la esencia asturiana.
El acompasado estallido de las olas del mar contra las rocas te acompañarán en la lejanía como si fuera una relajante canción de cuna, entre otros sonidos de la naturaleza que nos producirán bienestar. Un bálsamo para el alma.
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