The Sibarist

Art, architecture and nature in Solo Houses

Solo Summer Group Show II extends dates until the end of the year

When gallerists Eva Albarrán and Christian Bourdais decided to create Europe’s first collection of architectural houses on a hundred-hectare estate in Matarraña, their aim was not only to create an experience integrating nature in its purest state with architecture, but to turn these lush landscapes of extreme beauty into a stage of inspiration and creation for artists. A place of encounter and experimentation in which art coexists with nature and with the architecture itself. For the spectator accustomed to the closed spaces of the galleries, the Solo Houses experience is unique. The way of interacting with the works is completely different and you can even feel as if you are part of their scenography. A highly recommended experience whose second edition has been a great success.

In 2019 Solo Houses launched its first Solo Summer Group Show and thanks to the great reception this 2021 has wanted to repeat the experience with seventeen key artists from the international art scene, whose aim has been to enhance the artistic and architectural landscape of Solo Houses, merging with the artistic environment of the Carte de Tendre. Solo Summer Group Show II seeks to vindicate the role of women artists, supporting female empowerment in the world of sculpture by featuring nine female sculptors. The show celebrates the diversity of a new generation of women artists with a series of recent and specific works.

This exhibition, which began in July, will run until the end of the year, which seems to us an unbeatable plan for this autumn, in which to enjoy a stay in one of the two houses of Solo Houses, Solo Pezo or Solo Office KGDVS and get lost in this interesting artistic proposal hidden in its forests.

Map

In addition to these nine artists we will be able to see works by other artists who are already part of the Solo Houses landscape. We leave you a detailed tour of the pieces that we will be able to see.

Like the Carte du Tendre of 1654, the Solo Houses terrain is transformed into an imaginary land, called Tendre, in which the different stages of love are traced in the form of roads and villages, in a topographical and allegorical representation. Along the route, artworks mark the stops along the way to the land of Tendre.

 

  1. Pezo Von Ellrichshausen, Deci, 2016″We once imagined a room with no walls and no ceiling, barely confined by three slender columns. The room would be generous to the point of losing two of the columns against the horizon. Before long we corrected our modesty; the room would have to retreat against the only known corner of its triangular plan, doing our best to take care of that simple 3:4:5 ratio between its sides. Ten years later, and purely by chance, we redrew what we remembered of this naïve idea. Naturally, time knocked down two of the columns. Now the third column, which would no longer have any direction, would conceal the entire enclosure and its surroundings. This vague and solitary column, with something of a penitentiary fort and something of a decorative obelisk, will not only serve to enclose each landscape that touches it but also to cancel any remote possibility of leaving it”.Mauricio Pezo (Chile, 1973) and Sofia von Ellrichshausen (Argentina, 1976). They live and work in Concepción, Chile. In 2008 they curated the Chile Pavilion at the Venice Biennale and their work was exhibited at the Royal Academy of Arts and is part of the permanent collection of MoMA in New York and the Art Institute of Chicago.

    2. Angelika Markul, Murmure, 2020

    Murmure is a sound installation inspired by mysterious earthly sounds. This ‘sound composition’ uses as its main elements recordings of mysterious sound effects that can be heard in the four corners of the world. The sounds produced by the wind, the earth and the cliffs emitted by the landscape come from both the depths of the lake and the distant cosmos. The setting chosen here recalls the legend of the Hejnal of St. Mary’s Church, which has become a musical symbol in Kraków where, in the old days, every morning and evening, a watchman played the trumpet. His function was to signal the opening and closing of the city gates and to warn of danger. In 1241, when the Tatars were approaching the city, the trumpeter warned the inhabitants, who were thus able to close the city gates in time. However, before the watchman had finished playing, an arrow from the Tartars pierced his throat. Every day, every hour, this melody continues to be played from the top of the tower of St. Mary’s Church. However, to commemorate the event, the melody is played at the moment when he was attacked so many centuries ago.

    Poland, 1977. In his artistic practice, Markul explores vanished, unexplored and dangerous places. Mixing reality and fiction, and sometimes science fiction, they are the continuation of a process of reflection that began more than ten years ago, in which questions such as memory, bodies and places, destruction and the cycle of the past are addressed.
    and places, destruction and the cycle of life. Caught between these two paradoxes, her process is invariably motivated by the desire to capture images, but also to sculpt them, thus making the obscure and the hidden visible.

Mauricio Pezo (Chile, 1973) y Sofia von Ell­richshausen (Argentina, 1976). Viven y tra­bajan en Concepción, Chile. En 2008 fueron los comisarios del pabellón de Chile en la Bienal de Venecia y su trabajo fue expuesto en la Royal Academy of Arts y forma parte de la colección permanente del MoMA de Nueva York y del Art Insti­tute of Chicago.

2. Angelika Markul, Murmure, 2020

Murmure es una instalación sonora inspirada en misteriosos sonidos terrestres. Esta “composición sonora” utiliza como el­ementos principales grabaciones de efec­ tos sonoros misteriosos que se pueden escuchar en los cuatro puntos cardinales. Los sonidos producidos por el viento, la tierra y los acantilados que emite el paisa­je provienen tanto de la profundidad del lago como del lejano cosmos. La ambient­ación aquí escogida recuerda la leyenda del Hejnal de la iglesia de Santa María, que se ha convertido en un símbolo musical en Cracovia donde, antiguamente, cada mañana y cada tarde, un vigía tocaba la trompeta. Su función era dar la señal de apertura y cierre de las puertas de la ciu­dad y advertir del peligro. En 1241, cuando los tártaros se acercaban a la ciudad, el trompetista avisó a los habitantes, que pu­ dieron así cerrar las puertas de la ciudad a tiempo. Sin embargo, antes de que el vigía terminara de tocar, una flecha de los tárta­ros le atravesó la garganta. Todos los días, a todas horas, esta melodía sigue sonando desde lo alto de la torre de la iglesia de Santa María. Sin embargo, para conmemo­rar el acontecimiento, la melodía se de­ tiene en el momento en que le atacaron tantos siglos atrás.

Polonia, 1977. En su práctica artística, Markul explora lugares desaparecidos, in­ explorados y peligrosos. Mezclando reali­dad y ficción, y, en ocasiones, ciencia fic­ción, son la continuación de un proceso de reflexión que comenzó hace más de diez años, en el que se abordan cuestiones como la memoria, los cuerpos y
los lugares, la destrucción y el ciclo de la vida. Atrapada entre estas dos paradojas, su proceso está invariablemente motivado por el deseo de capturar imágenes, pero también de esculpirlas, haciendo así visi­ble lo oscuro y lo oculto.

3. Peter Downsbrough, TODOS, 2019

Peter Downsbrough presenta un proyecto escultórico inédito para Solo Houses don­ de sus distintivas líneas paralelas, en for­ ma de tubos metálicos pintados de negro, se intercalan en el espacio y se les añade el adverbio TODO y la letra S. Con este sencillo gesto Downsbrough juega con el sentido de las palabras reproducidas en la pieza escultórica, y permite al espectador transformar su significado en su presencia al crear una situación lúdica entre el sig­nificado de las palabras, el lugar que ocu­pan en el espacio y la relación entre am­bos elementos en el público.

USA, 1940. Su trabajo se expresa a través del lenguaje, la fotografía la obra gráfica, el video, las instalaciones y la escultura, investigando así el uso tradicional del espa­cio y el lenguaje como objetos. Sus obras mantienen una compleja relación con la ar­quitectura y la tipografía valiéndose de los logros de la primeras vanguardias (Bau­haus, De Stijl) y el arte Minimal.

4. Shilpa Gupta, WheredoIendandyoubegin, 2012

Al igual que el texto, el significado no pre­tende ser concluyente y trabaja a difer­entes niveles sobre la continuidad entre el tiempo y los pueblos. Cuestiona las duras líneas entre geografías que hoy se enfati­zan en exceso, cuando las comunidades que luchan con ellas existen desde hace mucho más tiempo que los países. Cele­bra las continuidades entre dos individuos, ya sea entre una madre e hija y la hija que se convierte en madre y los papeles se in­vierten, o entre amantes o vecinos al otro lado de un muro, pero bajo el mismo cielo. Observa la interconexión entre los pen­samientos e incluso los viejos manifiestos que desencadenan otros nuevos. Ya sea el desdibujamiento de los pueblos y del género, la obra reclama la eliminación de las separaciones que se mantienen más en el ámbito de la percepción y la ruptura cuando se enfrentan a la realidad.

India, 1976. Gupta se interesa por la per­cepción y por el modo en que transmiti­mos y entendemos la información. Sus medios van desde la manipulación de ob­jetos encontrados hasta el vídeo, la insta­lación interactiva por ordenador y la performance. Su obra a menudo se centra en la televisión y su constante flujo de signifi­cado. Al cambiar el estado primario del arte, que pasa de ser una mercancía basa­ da en objetos a una experiencia participa­tiva, Gupta crea situaciones que involucran activamente al espectador. Además, se siente atraída por la definición de los obje­tos, los lugares, las personas y las experi­encias, y se pregunta cómo estas defini­ciones se reproducen a través de los procesos de clasificación, restricción, censura y seguridad. Su obra comunica, a través de las culturas, el impacto de las fuerzas dominantes que actúan en las co­munidades locales y nacionales, suscitan­ do una re-evaluación de la identidad y el estatus social.

5. Claudia Comte, The Big Marble Fire Coral, 2021

En la escultura de mármol The Big Marble Fire Coral (four long fingers), aspectos del bosque y del océano se entrelazan a través de rigurosos procesos de traslación. El proceso escultórico de Comte comienza tallando toscamente sus formas de madera con una motosierra, una herramienta que no es conocida por su precisión, sino más bien por su rapidez y fuerza. Posteriormente, las esculturas se lijan minuciosamente hasta conseguir un brillo prístino que revela las vetas ocultas de la madera. La forma de coral instalada en Solo Houses ha pasado por diversas etapas de ablandamiento y endure­cimiento a través de una secuencia tec­nológica de tallado, escaneado, fresado y pulido. La forma se hizo inicialmente con madera tropical de origen ecológico y se escaneó en 3D, se amplió y se talló en un gran bloque de mármol blanco Michelan­gelo mediante un robot fresador. Al plas­mar sus esculturas de coral en mármol, Comte devuelve estas formas al océano. El mármol es vida marina, está compuesto por los animales microscópicos que regulan el ciclo del carbono en el océano, formando el sedimento del fondo marino y calcificándose durante miles de años has­ ta llegar a las canteras de mármol que en­contramos hoy en Carrara (Italia).

Suiza, 1983. Su obra se define por su in­terés en la memoria de los materiales y por una cuidadosa observación de cómo la mano se relaciona con diferentes tec­nologías. Su obra es más conocida por sus instalaciones in situ. La práctica de la artista se guía por un sistema de reglas y me­didas de su propia creación, en el que las obras se relacionan específicamente entre sí. El enfoque minimalista de Comte en la creación artística es metódico y dinámico a partes iguales; las obras están impreg­nadas de un marcado sentido del juego. Su producción artística incorpora una am­plia gama de medios, desde la escultura a la pintura, pasando por diversas instala­ciones multimedia.

6. Iván Argote, Our Melting Bodies, 2019

Es la frase que se puede leer en la valla publicitaria que con­ forma la obra. A diferencia de las vallas convencionales, el texto está perforado sobre el metal que sirve de soporte a la valla y deja entrever el paisaje que está alrededor. La obra refleja la posibilidad de combinar el compromiso y la sensibilidad en una misma estructura, dando un men­saje en el que se complementa el soporte con el significado.

Colombia, 1983. Su trabajo explora mediante diferentes form­atos­ vídeo, fotografía, dibujo, escultura o instalación pública, la relación entre el poder, la tradición, la política y la historia a través de un espectro artístico.

7. Gloria Friedmann, L’horizontale Bleue, 2021

Con la creación de este espacio azul Friedmann pretende rendir homenaje a la naturaleza circundante: el parque nat­ural. Imitarlo reproduciendo una de sus formas: la línea del horizonte. L’horizontale Bleue, es una proyección sobre la natu­raleza y al mismo tiempo un proyecto so­bre la naturaleza. El hombre fue hecho en relación a una línea recta. Sus ojos son paralelos al horizonte, somos como la burbu­ja de aire en el nivel de un albañil. L’horizontale Bleue es un espacio que alberga una biblioteca, con libros sobre ecología, histo­ria de la región, así como arte y arquitectu­ra antiguos y contemporáneos. Para con­sultarlos tienen a su disposición sillas y mesas o incluso hamacas si prefieren reclinarse para leer. «Me gustaría que este espacio se convirtiera en una especie de máquina del tiempo, que sus visitantes “perdieran” su tiempo en él».

Alemania, 1950. Autodidacta y principal­mente escultora, esta prolífica artista de­sarrolló una energía experimental en activ­idades tan diversas como la pintura, las instalaciones, la fotografía, la performance y el vídeo. El aspecto deliberadamente po­lifacético y el espíritu mordaz de su enfo­que combinan la seriedad y la futilidad, en un lenguaje que ha cultivado de manera erudita y cómica a la par. Abalanzándose sobre un género histórico (el paisaje), abandonado por la escultura contem­poránea, se dio a conocer a principios de la década de 1980 a través de sus instala­ciones y performances cuyo tema era la naturaleza, de la que se consideraba “par­te”. Sin embargo, se centró en la naturaleza “no humana”, la que existe “fuera” de sí misma, según sus propias palabras, y en particular en los actos de violencia que sufrió.

8. Olivier Mosset, Cimaise, 2010

Para Mosset, una gran obra es aquella en la que el espectador no ve “nada más allá de lo que hay”. Con Cimaise el artista pre­senta la obra de cinco formas diferentes, en las que los cinco bloques de hormigón varían su posición: en círculo, en fila, en paralelo, con forma de panóptico, con for­ma de pentágono y superpuestas. Cada una de estas presentaciones es la misma obra, otorgándole el protagonismo al ma­terial y la forma de cada uno de los blo­ques. Los bloques se suceden, manipula­ dos hasta la neutralidad y transformados en esculturas monumentales, que parecen estar a la espera de la pintura ausente.

Suiza, 1944. Vive en Tucson, Arizona. Arti­sta suizo referente del minimalismo francés y uno de los fundadores del grupo B.M.P.T., que defendía la obra como re­sultado final del proceso creativo, restán­dole importancia a la autoría. La obra de Mosset se caracteriza por utilizar siste­mas prácticos de patrones neutros y re­petitivos, renunciando a la base históri­ca­estética del arte.

9. Cristina Lucas, Composition Earth is Different Than Territory, 2021

Consciente de la misión de crear un nuevo vínculo entre el ser humano y la tierra, la estructura creada para Solo Houses por Cristina Lucas nos acerca a la dimensión material más íntima que conecta nuestra “corporealidad” (Physicality) con el paisaje. Presenta una estructura realizada a partir de los 26 elementos de la tabla periódica que componen el cuerpo humano y que son esenciales para la vida. Estos elemen­tos, a su vez, están contenidos en la corteza terrestre y la industria los utiliza en una multitud de dispositivos muy cerca­ nos a nuestra vida cotidiana. Por ello, con­tinúa su línea de investigación entre los el­ementos químicos, la economía y la ecología. Propone cuidarlos, recuperarlos, revitalizarlos e incorporar este gesto a la justicia intergeneracional que Roman Krznacek expresa en su libro The Good Ancestor (El buen ancestro). El proyecto busca conectar estos elementos no solo vinculados por conexiones simbólicas, sino que cada uno posee su propia ca­pacidad para actuar en un entorno al tiem­po que forma parte de una red intermina­ble basada en intercambios directos de influencia mutua. Su conjunto explora for­ mas materiales que entrecruzan las es­tructuras culturales y económicas con las ecológicas y sagradas. Procesos de trans­formación que nos conducen a sensibili­dades más complejas, donde las rela­ciones entre la naturaleza, la sociedad y la cultura son enriquecedoras y poderosas.

España, 1973. Con su obra Cristina Lucas nos recuerda que el arte es una forma de seducción que contribuye a que tomemos conciencia de lo que ocurre en nuestra so­ciedad. Interesada en los mecanismos del poder, analiza las principales estructuras políticas y económicas diseccionándolas para revelar las contradicciones existentes entre la historia oficial, la realidad y la me­moria colectiva. Se enfrenta al flujo de in­ formación intentando estructurarlo en car­tografías, instalaciones o imágenes, creando lecturas posibles, aunque siem­pre inacabadas.

10. Mona Hatoum, Orbital, 2021

Mona Hatoum utiliza barras de acero de refuerzo para formar el esqueleto de un globo terráqueo de 3 metros, salpicado de fragmentos de hormigón que dan la im­presión de haber sido construido con res­ tos de edificios destruidos. El globo está inclinado en un ángulo similar al del eje terrestre, lo que sugiere un mundo en per­manente estado de destrucción. Los grumos de cemento y conglomerado unidos a los anillos de acero también sugieren plan­etas en órbita, lo que le confiere una dinámica dirección celestial. El globo parece en precario equilibrio, como si es­ tuviera a punto de rodar, dotándole un carácter apocalíptico y trascendental.

Líbano, 1952. La obra poética y política de Mona Hatoum se materializa en una gama de medios diversa y a menudo poco con­vencional, como la instalación, la escultura, el vídeo, la fotografía y las obras sobre pa­pel. Hatoum se dio a conocer a mediados de la década de 1980 por una serie de obras de performance y de vídeo que se centraban con gran intensidad en el cuer­po. En la década de 1990, su obra se ori­entó cada vez más hacia las instalaciones y esculturas a gran escala, cuyo objetivo es involucrar al espectador en emociones conflictivas de deseo y repulsión, miedo y fascinación. Hatoum ha desarrollado un lenguaje en el que los objetos cotidianos y familiares se transforman a menudo en en­ tes extraños, surrealistas y amenazantes. Hatoum nació en el seno de una familia palestina en Beirut (Líbano) en 1952. Du­rante una breve visita a Londres en 1975, el estallido de la guerra civil libanesa le im­pidió regresar a casa. Desde entonces vive en Londres.

11. Fernando Sánchez Castillo, Evento, 2009

El artista ha creado un monumento a las barricadas erigidas en las ciudades españolas durante las recientes manifestaciones con el más valioso de todos los materiales esculturales, el bronce, que ha sido empleado desde siempre para la construcción de los monumentos con­memorativos. Su Barricada Collage, La naturaleza de lo social (2014) irrita porque consta de impresiones al vacío “naturales” de objetos cotidianos reconvertidos para la lucha callejera, elevando el conjunto de ramas, neumáticos y botellas a monumen­to de la insurrección y la resistencia. Mu­chas veces son precisamente los monu­mentos históricos en el espacio público los que nos parecen tan evidentes, como escribió Robert Musil: «Lo más llamativo de los monumentos es justamente que uno no se da cuenta de ellos. No hay nada tan in­visible como un monumento».

España, 1970. Hoy conocido principalmente por sus intervenciones públicas, sus esculturas y sus vídeos, con los que reflexiona sobre la relación entre arte y poder. Defiende la necesidad de reflexion­ar sobre el pasado para tratar de entender la riqueza del presente y, sobre todo, para cerrar capítulos de nuestra historia que han marcado a generaciones pasadas y siguen condicionando la vida de muchas de ellas.

12. Héctor Zamora, Truth Always Appears as Something Veiled, 2017

Héctor Zamora crea una estructura laberíntica con referencia al dibujo de un laberinto descubierto en una piedra encontrada en Knidos, Turquía. Este tipo de laberintos proporcionan una ruta circular que lleva hasta el centro, y vuelve, sin pre­sentar opciones alternativas o atajos, laberintos que se oponen a aquellos occi­dentales, que crean una red de opciones para el caminante. Las paredes de ladrillo perforado obstruyen la vista parcialmente, ofreciendo una nueva percepción entre lo oculto y lo abierto. Esta permeabilidad visual pretende recuperar los muros semi­translúcidos y semiabiertos del laberinto, y establece una contraposición con el concepto clásico de “laberinto”, en los que el muro imposibilita la visión y obli­ga a recorrerlo en búsqueda de su centro.

México, 1974. Héctor une en su obra el rig­or conceptual y el sentido plástico con un hábil manejo de las tensiones entre len­guaje y forma, proceso y narración. Explo­ra su capacidad de activar discursos en un marco tardo­capitalista mediante la acción y el estudio de sus implicaciones sociales e históricas; lo que ha hecho del espacio público el emplazamiento ideal para su tra­bajo.

13. Christian Boltanski, Animitas, 2014

Doscientas campanas japonesas se colo­caron según la configuración de las estrel­las la noche que nació Boltanski. Cuando sopla el viento, las campanas tintinean suspendidas de unas finas cañas metáli­cas produciendo un delicado campaneo, mientras que las placas fijadas en cada una reflejan la luz. Animitas se estableció en 2014 en el desierto de Atacama de Chile y desde entonces se ha repetido en otros contextos, incluyendo un paisaje ne­vado de Canadá, un bosque en Japón o en el Mar Muerto de Israel.

Francia, 1944. Artista visual francés que trabaja con instalaciones de técnica mixta. Interesado e influido por el recuerdo, la mortalidad, la infancia y el paso del tiempo, sus obras de arte, que incluyen fotografía, escultura, pintura e instalación, a menudo funcionan como narraciones que reflejan tanto los espectros sociales como los rasgos personales.

14. Kiki Smith, Cat’s Cradles and Stars, 2021

Los juegos de cuerdas componen un man­ dala tridimensional, un hechizo o un viaje para entrar en las estrellas. Al principio, hice dibujos de mis manos en placas de plexiglás. Superpuse las placas para crear cianotipos en los que están pre­sentes algunas imágenes y otras se vuel­ven más fantasmales. Solo después de hacerlos se me ocurrió hacer imágenes del juego de cordel con forma de cuna in­vertida (conocido en el mundo anglosajón como Cat’s Cradle) pintando las cuerdas en la parte superior y las estrellas.

Alemania, 1957. Kiki Smith es conocida desde la década de 1980 por su obra multidisciplinar que explora la corporeidad y el mundo natural. Utiliza una gran varie­dad de materiales para ampliar y desarrol­lar continuamente una obra que abarca la escultura, el grabado, la fotografía, el dibu­jo y el textil.

15. Camille Henrot, Inside job, 2019

Henrot materializa la imagen de un pájaro que alimenta a su cría introduciendo su pico en la boca abierta del polluelo. Sub­ raya la naturaleza tierna y violenta a la vez de este intercambio entre padre y cría, in­corporando dos formas que recuerdan las amenazantes aletas de tiburón que emer­gen del agua y una forma de pico que se extiende entre ellas.

Francia, 1978. La práctica de la artista francesa oscila perfectamente entre el cine, la pintura, el dibujo, la escultura y la instalación. La artista hace referencia a la autoayuda, los mercados de segunda mano en línea, la antropología cultural, la literatura, el psicoanálisis y las redes so­ciales para cuestionar lo que significa ser a la vez un individuo privado y un sujeto global. A Henrot le interesa enfrentarse a cuestiones emocionales y políticas, y ob­servar cómo la ideología, la globalización, las creencias y los nuevos medios de co­municación interactúan para crear un en­ torno de ansiedad estructural. Los dinámi­cos modos de distribución de la información y las conexiones interperson­ales, las relaciones entre las experiencias individuales y las dinámicas macroscópi­cas, así como entre las imágenes y el len­guaje, son el eje de sus obras.

16. Ugo Rondinone, Kissing the void, 2012

La obra está compuesta por un campo de piedras de pequeño tamaño pintadas en un solo color fluorescente que componen una forma geométrica plana, rodeada por un marco de acero oxidado. Rondinone se basa en los principios del land art en los que la obra estaba ligada estéticamente al paisaje y a la naturaleza que la rodea, utili­zando materiales naturales, que vuelve ar­tificiales gracias al brutal contraste que in­troduce el color en esta obra.

Suiza, 1964. El artista utiliza varias técni­cas en su obra: escultura, fotografía, pintu­ra, dibujo, escritura y sonido. Principal­mente conocido por sus obras con figuras de payasos o tótems de piedras de colores, su práctica artística incorpora gestos melancólicos y poéticos que cues­tionan la noción del tiempo casi como un rito de paso.

17. Esther Stocker, Untitled, 2021

Las “esculturas arrugadas” de Stocker tratan de doblar y distorsionar el espacio ordenado de manera que rompen con la estricta geometría que imponen las for­mas modernistas. Con esta intervención, la artista cuestiona la supuesta rigidez de un sistema, al tiempo que desafía la facul­tad perceptiva del espectador. La claridad da paso a la desorientación y la solidez deja espacio a la fragilidad. La maceración del sistema se convierte en él mismo.

«Detrás de cada caos siempre hay un sentido del orden».

Italia, 1974. Su obra consiste principal­ mente en pinturas e instalaciones con una perspectiva abstracta y geométrica, dos géneros estrechamente relacionados en­tre sí. Las instalaciones de la artista son proyecciones tridimensionales de sus pin­turas, realizadas exclusivamente con una paleta de negro, gris y blanco. ¿Podrían describirse como pinturas espaciales y es­cultóricas o más bien como espacios pictóricos? Esther Stocker rompe los géneros del arte. Su investigación se cen­tra en la visión y la percepción del espacio desde un enfoque social y contemporá­neo. Además, sus influencias beben de las nuevas tecnologías. Sus estructuras ge­ométricas se basan en módulos eterna­ mente autorrepetitivos que crean un ritmo visual aparentemente ordenado, al que la artista añade elementos anómalos para generar un ritmo afín, pero nuevo.